27.3.13

Novoneyra en Nova York



Que sería de nós sen Ronseltz!!

Só direi que hoxe topei cunha escolma de Unicornio de cenorias que cabalgas os sábados e... alegroume o café. Pero moito. Retranca, surrealismo e risas a esgalla!

Deixo aquí un xenial remix do poeta do Caurel:

NOVONEYRA EN NOVA YORK


                    I
                   O poeta paga dez dólares nunha
                   gasolineira de Harlem por un
                   Cacaolat

Harlem dos negros fumes que ollan de Lonxe!
Eiquí síntese ben o pouco que vale un peso.

                    II
                    B.B. King ofrece un recital
                   desde o piso 122 do Empire
                   State Building

No bicarelo do bico do brelo
canta un home negro
no mesmiño
bicarelo do bico do brelo.

                  III
                  Novoneyra, reflexionando,
                  perde o taxi por non estar
                  atento.

Este taxi que pasa
¿é meu ou colleumo ela?

21.3.13

Día da poesía


Hoxe amencín entre páxinas.
Acubillados ó calor da colcha, tres poemas para celebrar o Día Mundial da Poesía.

(E máis un impresincindible, en vídeo:
                  MARÍA LADO E LUCÍA ALDAO)


WISLAWA SZYMBORSKA
En realidade cada poema
podería ter por título "Instante".

Chega unha frase
en tempo presente,
pasado e incluso futuro.

chega que calquera cousa
traída por palabras
renxa, reluza,
voe, nade
ou tamén garde
unha suposta inmutabilidade,
pero cunha sombra móbil;

chega que se fale
de alguén ao carón de alguén
ou de alguén ao carón de algo;

ou de Antón que ten tinta no tinteiro
ou xa non a ten;

ou doutros Antóns,
tintas e non tintas,
doutros cadernos
folleados polo vento;

chega se ao alcance da mirada
o autor coloca temporalmente montañas
e perecedoiros vales;
e se ante esta ocasión
menciona o ceo
só en aparencia eterno e estable;

se aparece debaixo da nam escritora 
quizais a única cousa
chamada cousa de alguén;

se negro sobre branco,
ou aínda que sexa en suposición
por un motivo importante ou insignificante,
son colocados uns signos de interrogación
e en resposta
se dous puntos: 



CRISTINA PERI ROSSI
Es bueno recordar -frente a tanto olvido-
que la poesía nos separa de las cosas
por la capacidad que tiene la palabra
de ser música y evocación,
además de significado,
cosa que permite amar la palabra infeliz
y no el estado de desdicha.
Todo lo cual podría no volver a ser dicho
si el lector
-tan desmemoriado como cualquier poeta-
recordara un poema de Joao Cabral de Melo Neto:
Flor es la palabra
flor, inscrita
como verso en el verso,
que leí hace años,
olvidé después
y hoy he vuelto a encontrar,
como tú, lector,
lectora,
haces ahora.



JOSE ÁNGEL VALENTE
Contemplo yo a mi vez la diferencia
entre el hombre y su sueño de más vida,
la solidez gremial de la injusticia,
la candidez azul de las palabras.

No hemos llegado lejos, pues con razón me dices
que no son suficientes las palabras
para hacernos más libres.
                                           Te respondo
que todavía no sabemos
hasta cuándo o hasta dónde
puede llegar una palabra,
quién la recogerá ni de qué boca
con suficiente fe
para darle su forma verdadera.

Haber llevado el fuego un solo instante
razón nos da de la esperanza.

Pues más allá de nuestro sueño
las palabras, que no nos pertenecen,
se asocian como nubes
que un día el viento precipita
sobre la tierra
para cambiar, no inútilmente, el mundo.



Propósito: deitarme con versos máis a miúdo. E prolongar día tras día a celebración. Entre as sabas. Entre páxinas.

17.3.13

Pizarnik

L'obscurité des eaux


Escucho resonar el agua que cae en mi sueño.
Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo
en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis
aguas, me digo mis silencios. Toda la noche
espero que mi lenguaje logre configurarme. Y
pienso en el viento que viene a mí, permanece
en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia
desconocida. A mí me han dado un silencio
pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada
como el único pájaro en el viento.



                                                                                   Alejandra Pizarnik



                                                               Ilustración: Paula Bonet